Por Claudia Cesaroni
(APe).- Alguien que, siendo niño, sufrió un accidente automovilístico, cuenta de la angustia repetida cada vez que escucha o lee que una ambulancia no llega. Sostiene que cuando los familiares dicen “tardó horas en llegar”, y los responsables de los servicios de emergencia responden “tardamos pocos minutos”, ninguno miente, porque lo que son minutos para los médicos y ambulancieros, son horas para los familiares de los heridos. El tiempo, nunca tanto como en esos momentos, es relativo.
Pero hay casos en los que coincide la percepción de los desesperados con las agujas del reloj, y lo que pasan son las horas. Y con las horas, avanza la muerte.
5 de enero, víspera de Reyes. Los diarios informan que “murió el nene que esperó cinco horas una ambulancia”.
El nene se llamaba Claudio, y en la noche del 30 de diciembre un arma disparada accidentalmente por un adolescente de 16 años le provocó una herida en la cabeza. Vivía en Ingeniero Budge con su abuela y su tío Cristian, de 18 años. Desde que fue llevado al hospital Materno Infantil Oscar Alende de Ingeniero Budge, (Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires) hasta que una ambulancia lo trasladó al Hospital Garrahan, en Parque Patricios (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) pasaron más de cinco horas, para un viaje que no lleva más de treinta minutos.
Una vecina contaba a un diario local: “Claudio no tiene ni mamá, ni papá. Vive con su abuela, tíos y primos. Es un nene divino, que siempre juega con mi hijo, estamos muy mal. Cuando dispararon vi que Cristian estaba con un amigo tirándose el arma, el uno al otro. Se reían, pero en un momento se disparó un tiro y le pegó a Claudito. El pibe salió corriendo por la calle y el tío del nene entró desesperado a buscarlo. Salió a la calle y entre todos los vecinos lo ayudamos. Finalmente los trasladó al hospital Alende un policía que vive en la esquina”.
Pero el Alende no pudo hacerse cargo del niño. Quizá por los mismos motivos por los que, el 20 de agosto de 2009, un conjunto de organizaciones sociales, gremiales y políticas de Lomas de Zamora, nucleadas en el Foro de Salud de Lomas de Zamora, iniciaron una campaña por la provincialización del Hospital Oscar Alende: “Lo hacemos pues desde su inauguración hace 10 años, el hospital nunca funcionó como es debido padeciendo graves carencias de insumos, mantenimiento y personal. El mayor extremo de esto es que siendo un hospital "materno infantil" es habitual que estén descubiertas las guardias de pediatría.” Tal vez por eso hubo que derivarlo, con una urgencia de la que Claudio no gozó.
Los responsables del atraso serán sometidos a un sumario administrativo. El adolescente que disparó el arma “está siendo buscado por la policía”, y tal vez sea encontrado y condenado como el criminal que no quiso ser. El tío del niño cargará para siempre con la culpa de haber participado en el hecho que derivó en la muerte de su sobrino. La abuela seguirá llorando desesperada, como lo estuvo durante esas horas en que la ambulancia no llegaba.
Pero ninguna de esas consecuencias tiene que ver con las causas reales de la muerte de este niño, uno más de los pibes casi sin nombre, muerto, finalmente, porque hay algunos lugares donde las ambulancias tardan demasiado en llegar.
5 de enero, víspera de Reyes. Los diarios informan que “murió el nene que esperó cinco horas una ambulancia”.
El nene se llamaba Claudio, y en la noche del 30 de diciembre un arma disparada accidentalmente por un adolescente de 16 años le provocó una herida en la cabeza. Vivía en Ingeniero Budge con su abuela y su tío Cristian, de 18 años. Desde que fue llevado al hospital Materno Infantil Oscar Alende de Ingeniero Budge, (Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires) hasta que una ambulancia lo trasladó al Hospital Garrahan, en Parque Patricios (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) pasaron más de cinco horas, para un viaje que no lleva más de treinta minutos.
Una vecina contaba a un diario local: “Claudio no tiene ni mamá, ni papá. Vive con su abuela, tíos y primos. Es un nene divino, que siempre juega con mi hijo, estamos muy mal. Cuando dispararon vi que Cristian estaba con un amigo tirándose el arma, el uno al otro. Se reían, pero en un momento se disparó un tiro y le pegó a Claudito. El pibe salió corriendo por la calle y el tío del nene entró desesperado a buscarlo. Salió a la calle y entre todos los vecinos lo ayudamos. Finalmente los trasladó al hospital Alende un policía que vive en la esquina”.
Pero el Alende no pudo hacerse cargo del niño. Quizá por los mismos motivos por los que, el 20 de agosto de 2009, un conjunto de organizaciones sociales, gremiales y políticas de Lomas de Zamora, nucleadas en el Foro de Salud de Lomas de Zamora, iniciaron una campaña por la provincialización del Hospital Oscar Alende: “Lo hacemos pues desde su inauguración hace 10 años, el hospital nunca funcionó como es debido padeciendo graves carencias de insumos, mantenimiento y personal. El mayor extremo de esto es que siendo un hospital "materno infantil" es habitual que estén descubiertas las guardias de pediatría.” Tal vez por eso hubo que derivarlo, con una urgencia de la que Claudio no gozó.
Los responsables del atraso serán sometidos a un sumario administrativo. El adolescente que disparó el arma “está siendo buscado por la policía”, y tal vez sea encontrado y condenado como el criminal que no quiso ser. El tío del niño cargará para siempre con la culpa de haber participado en el hecho que derivó en la muerte de su sobrino. La abuela seguirá llorando desesperada, como lo estuvo durante esas horas en que la ambulancia no llegaba.
Pero ninguna de esas consecuencias tiene que ver con las causas reales de la muerte de este niño, uno más de los pibes casi sin nombre, muerto, finalmente, porque hay algunos lugares donde las ambulancias tardan demasiado en llegar.
Gentileza de: Agencia Pelota de Trapo
http://www.pelotadetrapo.org.ar/
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