(APe).- En la escuela primaria todavía se usan los mapas. Los que enseñan el perfil del país, de las provincias y hasta de las ciudades.
Esos curiosos dibujos repletos de blancos y cruzados por algunos celestes y otros muchos grises siempre se las ingeniaron para llamar la atención.
De allí que miles de historias fantásticas hablen de ellos. De mapas que guardan los secretos de la felicidad, la riqueza y algunos, del infortunio eterno.
Hay ciudades que suelen no fijarse en sus propios mapas.
Hay poblaciones de ciudades que no reparan en los perfiles de la geografía.
La ciudad de Rosario, otrora orgullosa segunda ciudad de la República Argentina, fue pensada como puerto de ultramar, pulmón industrial y nudo ferroviario. Pero sus límites terminaron dibujando algo distinto.
Quien mira el perfil de la ciudad con su vientre volcado sobre el Paraná puede pensar que se trata de la imagen de una mujer a punto de dar a luz.
Otros, observando el mismo dibujo, podría decir que se trata de la empuñadora de un revólver dispuesto a disparar.
Contra quien sea, contra cualquiera.
Quizás allí esté la explicación de la famosa mafia que se instaló en estas orillas en las primeras décadas del siglo veinte.
Quizás sea el destino de muchas de sus hijas y muchos de sus hijos, morir como consecuencia de los disparos que siempre ejecutan los señores que custodian el orden de la minoría.
El mapa rosarino se parece mucho a una empuñadora de pistola a punto de matar.
Tal vez por eso sean recurrentes las noticias sobre gatillo fácil en la llamada Barcelona argentina. El cuenco del dinero de la soja y otros circuitos no tan claros pero ubérrimos en plata fresca.
La noticia dice que “el pasado 14 de mayo, en el barrio Moderno de la ciudad de Rosario, fue asesinado Braian López, un pibe de apenas 15 años. Alrededor de las 16:30, Braian estaba sentado en un quiosco de la calle Biedma, frente a los monoblocks del FONAVI, donde se estaba produciendo una discusión entre vecinos por la instalación de una parrilla”, apunta la crónica.
“Cuando comenzaron los gritos, cruzó. La mujer que se oponía a la construcción de la parrilla, llamó a uno de sus hijos, policía, para que terminara con la discusión. “Los milicos llegaron y los sacaron a todos corriendo y a los tiros" declararon al diario “La Capital”, unos pibes del barrio.
Fue perseguido y baleado por dos personas que se desplazaban en una moto, uno de ellos del Servicio Penitenciario, de 30 años, y agente de la Patrulla Urbana de la policía local, de 23 años de edad, el otro.
La crónica termina diciendo que “Braian recibió un balazo a corta distancia que ingresó por la nuca y salió por el mentón. Una mancha irregular de color bordó en el pasto reseco quedó como muestra elocuente de la gravedad de la herida que sufrió Braian. La ambulancia lo trasladó hasta el Hospital Clemente Álvarez, donde murió a los pocos minutos”.
No hay clemencia para los pibes empobrecidos de la ciudad cuyo mapa parece el perfil de la empuñadura de una pistola a punto de estallar.
Es que los efectivos de La Santafesina SA saben que el sistema no da tregua contra las chicas y los chicos. No sea cosa que algún se rebelen y vuelvan a soñar con la verdadera revolución, la que no fue celebrada en el bicentenario.
Fuente de Datos:
CORREPI, Boletín informativo Nº 559, 25 de mayo de 2010
Gentileza de: Agencia Pelota de Trapo
http://www.pelotadetrapo.org.ar/
CORREPI, Boletín informativo Nº 559, 25 de mayo de 2010
Gentileza de: Agencia Pelota de Trapo
http://www.pelotadetrapo.org.ar/
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