Hoy lunes 4 de abril, a partir de las 10 de la mañana, comenzaron  los allanamientos judiciales con trescientos efectivos de Gendarmería  Nacional producto de una denuncia por explotación infantil y esclava en  tres fincas ubicadas en Batán, en las afueras de la ciudad de Mar del  Plata. Luego de una investigación de varios meses Gustavo Vera, titular  de la Fundación Alameda, presentó el pasado 18 de enero una denuncia  ante la Fiscalía General que consta de cámaras ocultas (ver video  adjunto) y testimonios con identidad reservada. Las dificultades para  registrar lo que muchos marplatenses murmuran sobre estas quintas fueron  grandes ya que las fincas de florihorticultura se han convertido en  verdaderos campos de concentración totalmente cerrados al exterior.  Primero porque la incorporación de personal de nacionalidad boliviana no  se hace espontáneamente, sino mediante reclutadores o conocidos  directos. Segundo por la protección policial con  cuentan estas empresas, ya que ante la menor sospecha de personas  ajenas al lugar merodeando, arriba la Policía Bonaerense para pedir  documentos y tratar de averiguar las razones de la visita.
Después de  infructuosos intentos de ingresar a las fincas, donde no pasan siquiera  docentes ni médicos de la zona, se pudo hacerlo disfrazado de Reyes  Magos. El sábado 8 de enero se rompió el cerco de la esclavitud cuando  varios militantes de la Alameda acompañados por el grupo de Apoyo de  Madres de Plaza de Mayo e Hijos de Mar del Plata se camuflaron de Reyes  Magos. Tuvieron que avisar primero a la comisaría 8ª de Batán para no  levantar sospechas. La excusa fue que eran de un grupo de voluntarios  que acercaba juguetes para los niños en ocasión del día de reyes. En la  seccional policial se consultó dónde se encontraban los chicos y estos  mismos efectivos orientaron a los “voluntarios” hacia las fincas con  explotación infantil.
El video que  hoy es difundido a los medios de comunicación y que puede encontrarse en 
http://www.youtube.com/watch?v=2aruz0mma6I,  demuestra que es habitual el trabajo de los pibes de 6 a 11 años en las  cosechas de morrón, tomate y frutilla. Todos los chicos con los que se  habló reconocen que trabajan. También se incluye imágenes de las  condiciones paupérrimas en las que se encuentran gran parte de los  trabajadores todos ellos migrantes bolivianos, incluso se ve a uno de  los niños durmiendo en medio de las plantaciones, probablemente luego de  haber trabajado a destajo.
A la Compañía Frutihortícola S.A., más  conocida como “El Frutillar”, se la denuncia por malos tratos físicos y  psicológicos. Los trabajadores están encerrados, y sólo pueden salir de  los campos de la compañía en los festejos de carnaval durante el mes de  marzo. Vecinos de la zona describieron al lugar como un verdadero campo  de concentración. Como dueño del lugar, figura  Andrés Moretti, y el capataz Hernán Arana. Se estima que en este lugar  hay cientos de trabajadores de origen boliviano. A ellos se les retiene  los documentos de identidad y todos viven en campamentos donde tienen  casillas muy precarias. Varias fuentes informativas han denunciado la  existencia de abuso sexual y maltrato en los terrenos de la Compañía  Frutihortícola S.A.
Por otra parte, los vecinos denuncian la  utilización del Bromuro de Metilo, agroquímico prohibido en la mayor  parte del mundo, como la quema de plásticos a cielo abierto que realizan  a la hora de terminar las cosechas, que representa una peligrosidad  para la salud de los trabajadores y quienes viven cercanos al lugar.
A  los docentes de la Escuela Nº46, donde van los niños del frutillar a  jornada simple, les resulta imposible entrar a las fincas cuando la  institución necesita hacerlo para recabar alguna información de alumnos.  Lo mismo le ocurre al personal de la Salita  de Primeros Auxilios de La Peregrina.
Todo esta situación de  esclavitud y explotación infantil ocurre a unos veinte kilómetros de la  ciudad de Mar del Plata, en el Partido de General Pueyrredón, en el  cordón Frutihortícola de Sierra de los Padres y Batán, zona considerada  como uno de los centros de producción frutihortícola más importante del  país, que distribuye su producción en el Mercado central y para la  exportación.
Las empresas denunciadas y allanadas ahora por orden de  la fiscalía Nº2, a cargo de Gustavo Rodríguez, son Compañía  Frutihortícola S.A., Quinta Costa Mari y la Quinta Rueda. Se demoró los  allanamientos ya que el juez de turno en enero solicitó que la  investigación de la Fundación Alameda y las organizaciones de derechos  humanos fuera ratificada por una investigación judicial. Entonces el  fiscal federal convocó a efectivos de Gendarmería Nacional, quienes  luego de dos meses de inteligencia, ratificaron  ante la fiscalía lo que la Alameda había denunciado a principios de  año. Esto llevó a que el actual juez involucrado en la causa, Rodolfo  Pradas, otorgase los allanamientos a las fincas esclavistas y  explotadoras de niños.